Elección de botellas transparentes para envasar aceites esenciales

Históricamente, los aceites esenciales han sido una materia prima fundamental en la industria de los perfumes. Su calidad se basa en el aroma, pero también en dos criterios organolépticos: la densidad y el color. Por esta razón, los aceites esenciales utilizados en la perfumería se envasan en frascos de vidrio transparente.

Por otro lado, los aceites esenciales tienen propiedades terapéuticas. Han sido utilizados por los boticarios y, más recientemente, por las farmacias en sus preparados. Se utilizan en la elaboración de jarabes, ungüentos para el cuidado de la piel, supositorios, entre otros. Como con todas las materias primas utilizadas en preparados farmacéuticos, los aceites esenciales solían conservarse en frascos de vidrio coloreado, generalmente azul, verde oscuro o marrón.

Hacia mediados del siglo XX, los aceites esenciales comenzaron a ser ampliamente utilizados por la industria farmacéutica. En la década de 1980, surgió un nuevo uso de los aceites esenciales llamado aromaterapia. Los aceites esenciales se empezaron a comercializar en farmacias y tiendas de alimentos saludables en envases individuales de pequeño tamaño, generalmente en frascos de vidrio marrón.

   

Esta comercialización más amplia conllevó la implementación de estrategias de marketing adaptadas a la venta de aceites esenciales: envases pequeños que varían de 5 ml a 15 ml en frascos de vidrio marrón. Los laboratorios definieron criterios de calidad, principalmente de naturaleza bioquímica, implementaron boletines de análisis específicos, libros y cursos sobre el tema. De esta manera, el color del aceite esencial, su viscosidad y la finura de su aroma quedaron en segundo plano en favor de su aspecto bioquímico.

Sin embargo, el aroma y el color del aceite esencial siguen siendo dos criterios fundamentales inherentes a esta materia cuya especificidad original es doble: "energía y materia". Por lo tanto, si bien el perfil bioquímico sigue siendo esencial para conocer las propiedades de un aceite esencial, su aroma, color y consistencia le otorgan su cualidad completa, que es ante todo vibracional.

La decisión de envasar todos los aceites esenciales en frascos de vidrio marrón se basó en la suposición de que la luz afectaría la calidad de los aceites esenciales. Esta suposición se basó en la observación de que las esencias cítricas (limón, mandarina, pomelo), que se obtienen por expresión en frío de la cáscara y, por lo tanto, no se destilan, polimerizan y forman un depósito blanco en el fondo del frasco. Esta polimerización, que es fácilmente demostrable, no se debe al efecto de la luz, sino a la formación de mucílagos en el recipiente. La filtración permite eliminar los mucílagos, lo que evita la polimerización. Por experiencia comparativa, el fenómeno de polimerización de los cítricos envasados en frascos de aluminio, que son completamente opacos, ocurre de la misma manera.

Los aceites esenciales son fotoquímicamente inactivos en el espectro visible de la luz y reactivos en el ultravioleta. La luz ultravioleta, con suficiente energía para provocar reacciones fotoquímicas, se absorbe (y no se transmite) a través del vidrio común. Por lo tanto, el color del envase de vidrio no hace ninguna diferencia, independientemente de cuál sea. Los fabricantes de envases de vidrio ámbar dirán que el ámbar es el mejor, los de vidrio verde dirán que el verde es el mejor, y así sucesivamente.

Por otro lado, la calidad del envase influye en la calidad de la fragancia del aceite esencial. Numerosas pruebas demuestran que el frasco de vidrio marrón reduce el espectro olfativo, mientras que el frasco transparente permite la plena expresión de su fragancia precisamente por efecto de resonancia vibratoria con la luz natural.